Desde que pude hacerme con una MSI Claw este lunes, llevo haciendo todo tipo de pruebas con ella (tanto en directo, como fuera de ellos) y una de las pruebas más interesantes que quería hacer era ponerla en los mismos escenarios de juego que la Asus ROG Ally, su principal rival dentro del terreno de las handheld PC con Windows.
Resumen: Sale mal.
Como puedes ver en el extenso vídeo que he realizado y te he dejado arriba, cuando comparas ambas máquinas… es que te sobran hasta las mediciones exactas, ya que las cosas se aprecian de lejos.
El principal problema que veo es que para llegar a un rendimiento igual (o la mayor de las veces bastante inferior, y siendo suaves) la MSI Claw necesita gastar muchísima más energía. Y recuerda, esto es una portátil, si gasta muchísima más energía… significa que nos quedamos sin batería antes.
Lo peor de todo es que incluso si la comparáramos con Steam Deck OLED (o incluso la LCD, que a efectos prácticos solo cambiaría a nivel de actuación en el terreno de la batería) también queda muy por debajo en la mayoría de aspectos.
A esto, hay que sumar que Intel (el chip de la MSI CLAW es un Intel Core Ultra 7 155h, hay una inferior pero aun no se comercializa en España) no termina de tener una compatibilidad con el 100% de juegos y aunque muchas veces se puede arreglar… esto implica cacharreo por parte del usuario que no siempre tiene esos conocimientos.
Otras veces directamente no se puede.
MSI Claw tiene potencial pero desgraciadamente aunque MSI quisiera pulir todo lo que está en su mano al máximo… el problema aquí viene de Intel y esperemos que Intel se ponga las pilas y en unos meses digamos que es interesante esta máquina, pero hoy… no lo es.