La llegada de las tarjetas gráficas de Intel al mercado ha sido todo un soplo de aire fresco para el mundillo. Después de tener un mercado de tarjetas gráficas dominado en occidente por AMD y NVIDIA, y sobre todo por NVIDIA, ha llegado un nuevo actor al segmento de gráficas dedicadas dispuesto a conquistar la gama media, y con tecnología que a muchos nos suena.
El caso es que las gráficas de Intel no estaban teniendo un buen desempeño en juegos antiguos que utilizaban las APIs gráficas de DirectX 9, habiendo utilizado el mismo sistema que utiliza Steam Deck con Proton para poder ejecutar esos mismos juegos: DXVK.
DXVK es una tecnología de software libre la cual se implementa en la capa de compatibilidad de juegos de Windows en Linux que todos conocemos, Proton, para que traduzca las órdenes de las APIs gráficas de DirectX 9 de Windows a una API gráfica más moderna como es Vulkan, pudiendo así ejecutar estos títulos que no estaban pensados para jugarse en este hardware tan moderno.
De esta forma, este mismo sistema que utilizamos en Linux para jugar juegos de Windows, y por ende utilizamos en Steam Deck, Intel ha decidido que es la mejor forma para jugar a juegos antiguos en el propio Windows.
Esto es algo muy importante, ya que se está dando la paradoja de que es más sencillo y eficiente utilizar los mismos métodos que utilizamos para jugar en Linux juegos de Windows en el propio Windows, siendo un paso más que positivo a la hora de tener un soporte a largo plazo de estas tecnologías.
Valve ha sabido dar el paso con Steam Deck en el momento adecuado. Con su apoyo decidido desde hace años por el juego en Linux, la creación de Proton y muchísimas otras tecnologías más antiguas y la aparición de nuevos actores que ven interesantes las mismas, como Intel en este caso, hace que el juego en Linux poco a poco sea algo tan normal como decir que jugamos en Windows o, al menos, aunque solo sea solo en este tipo de dispositivos como Steam Deck.
